martes, noviembre 29, 2005

Renacimiento de la oposición gracias a la crisis económica




La gran oposición que hay en contra de Pinochet renace gracias a la crisis de 1982. Luego del golpe militar, los partidos Socialistas y Comunistas fueron perseguidos, asesinados o exiliados. La DINA, policía secreta del gobierno, no descansó hasta perseguir a todo aquel que fuera opositor al gobierno. Esto los llevó a desintegrarse y desaparecer del ámbito político chileno. Además, la Democracia Cristiana, quien apoyó en un principio el golpe, tenía la idea de volver a la democracia, por lo que también fue sacado del ámbito político. Esta situación los llevó a juntarse en ONG (Organizaciones No Gubernamentales).
El gobierno de Pinochet se llevaba a cabo en plena tranquilidad hacia el año 1982. La economía estaba bien y además recibía el apoyo de una derecha más unida que nunca en torno a los gremialistas. No existía oposición y ante cualquier problema la represión aparecía como un buen método para acallar las crisis. La censura de prensa estaba más presente, lo que no dejaba ninguna posibilidad a la oposición de manifestarse, pero todo esto cambio gracias a la crisis de 1982.
Con la inestabilidad económica vuelven a aparecer los sindicatos abolidos y comienza una apertura de la política hacia la oposición. Las huelgas vuelven a aparecer en las calles, con paros y manifestaciones en contra del gobierno. Los militares comienzan a ceder en los ámbitos civiles y una clara muestra de esto es le nombramiento de Onofre Jarpa como ministro del Interior, que era un partidario de volver a la democracia.
Augusto Pinochet empieza a ser más flexible, aunque la represión se mantiene en las calles. Vuelven muchos exiliados y disminuye la censura de prensa, lo que es claramente un paso gigante de los civiles, porque la oposición puede volver hacer campaña.
Debido a la crisis en el ámbito civil se da un fenómeno contrario al acontecido en los primeros años de la dictadura. Una derecha unida junto a los militares, se comienza a separa, debido a que muchos personeros comienzan a pedir una evolución más rápida hacia la democracia, lo que genera divisiones entre una derecha más dura unida con los militares y una derecha más blanda, de donde se desprenderá Renovación Nacional.
Por otra parte, la izquierda vive un proceso contrario. Con una apertura de los ámbitos civiles por parte de los militares, vuelven muchos exiliados. El socialismo comandado por Altamirano desde Alemania, vuelve renovado y se encuentra con una Democracia Cristiana más flexible a la hora de conversar. Comienza una unidad por parte de estos dos partidos, que no tiene otro objetivo que derrocar a Augusto Pinochet y ya no hay ideologías que separen este deseo. Además, el partido Comunista había comenzado su propia lucha con el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, los que estaban destinado a generar actos terroristas y crear una resistencia armada en contra de la dictadura militar.
Debido a la crisis comienzan las presiones más fuertes en el ámbito cívico, donde se le empieza a pedir a Augusto Pinochet una salida pactada, que deje el gobierno, llame a una asamblea constitucional y reforme la constitución. Es acá donde se empieza a sembrar los primeros avances en busca del gran objetivo y que era volver a la democracia. Esto se cumpliría en 1988, cuando una notable campaña del NO daría como ganador a la coalición de partidos en favor de la democracia y luego llegaría a la presidencia con Patricio Alwyn.